El riego antihelada por aspersión evitó perder la cosecha de almendro en las heladas de primavera

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El riego antihelada por aspersión evitó perder la cosecha de almendro en las heladas de primavera

La madrugada del 3 de abril de 2022, la temperatura mínima alcanzada en la provincia de Huesca fue de -6ºC. Una helada que trajo consigo tres noches consecutivas de temperaturas bajo cero que se cebó con los frutales.

Los agricultores de la zona frutícola de las comarcas aragonesas como los Monegros, el Bajo Cinca, la Litera y el Cinca Medio, intentaron minimizar los efectos de unas heladas cuyos daños han sido superiores a los registrados el año anterior por el frío.

En la localidad oscense de Venta de Ballerías hay una finca de almendro de 7 hectáreas en la que pocos días antes, conociendo el pronóstico de la bajada de temperaturas, se decidió instalar un sistema de protección contra las heladas mediante riego por aspersión.  Juan María Suelves, responsable técnico de la empresa Hidra2, una empresa de instalaciones hidráulicas situada en Sariñena (Los Monegros, Huesca), nos contaba en una visita a la finca en el mes de junio que “el año anterior hubo mucha merma de producción por las heladas. Y este año, a raíz de los episodios que se preveían a dos semanas antes de las heladas, el agricultor decidió implantar un sistema antiheladas para intentar salvar lo máximo posible la producción”. En esa misma visita pudimos ver un gran porcentaje de fruto en el árbol, por lo tanto, la campaña se dio por salvada.

Se trata de una plantación de almendro en seto, a un marco de 3,5×1,25m. Se valoraron distintas opciones para instalar un sistema de riego por aspersión antiheladas, eligiendo en este caso la opción de cobertura total, ya que la instalación existente permitía el caudal necesario para este sistema. Se optó por el aspersor de turbina Meganet (Regaber), instalado a un marco de 10×10,5m y un caudal por aspersor de 200 l/h. Con este diseño se obtenía una cobertura total. “Nos decidimos por este tipo de aspersores por confianza. Trabajamos desde hace muchos años con Regaber y nos genera confianza por la calidad de los productos que tiene en el mercado”, explica Suelves.

“Lo que intentamos conseguir con este sistema fue salvar la máxima producción posible, y aquí están los resultados. Hubo tres días consecutivos de heladas: la noche del sábado al domingo se llegó a una temperatura mínima de -6ºC, el día siguiente se registró una mínima de -4,4ºC y el tercero fue de -2,2ºC. Después de 3 días de heladas y el sistema funcionando alrededor de 20 horas, vimos la producción conseguida. No se consiguió salvar el 100% pero sí que salvamos mucha, comparando con la merma de las fincas de alrededor fue del 100%. Realmente vimos que el sistema de aspersión salva mucha cosecha de almendro”, afirma Juan María Suelves.

“En este caso concreto, a las 22:00 h de la primera noche se registró unos 4ºC y una humedad relativa del 52% por lo que el agricultor decidió esperar a la puesta en marcha del riego antihelada. Finalmente lo puso en marcha a las 02:00h de la madrugada. Quizá, si lo hubiera hecho antes se habría conseguido salvar el 100% de la cosecha. De cara a la próxima campaña, vamos a instalar un programador para medir la velocidad del viento, la temperatura y la humedad relativa y avisa de cuando sería conveniente poner el sistema en marcha. Incluso se puede poner de forma autónoma si se configura así” explica Suelves

Este sistema se adapta perfectamente al almendro en seto. La instalación del aspersor se ha realizado sobre un soporte telescópico que, mientras no se necesita, el aspersor queda dentro del seto para que no interfiera en ninguna de las labores de cultivo (como la poda o la recolección). Cuando al año siguiente se vuelve a necesitar simplemente se tiene que subir a la altura deseada, ya que el soporte tiene un desarrollo de 3,20 metros de alto en previsión de la máxima altura que llegará a tener el seto.

 

La instalación del aspersor se ha realizado sobre un soporte telescópico que, mientras no se necesita, el aspersor queda dentro del seto para que no interfiera en ninguna de las labores de cultivo (como la poda o la recolección)
La instalación del aspersor se ha realizado sobre un soporte telescópico que, mientras no se necesita, el aspersor queda dentro del seto para que no interfiera en ninguna de las labores de cultivo (como la poda o la recolección)

 

¿Por qué la protección antiheladas?

Una de las mayores preocupaciones que afectan cada año a miles de agricultores es la aparición de heladas que puedan dañar el cultivo. Según la fase fenológica en la que se encuentre el cultivo cuando llega el momento de máximo frío, los daños pueden ser fatales para la cosecha.

Las heladas pueden producirse en primavera, otoño o invierno. Los árboles de hoja caduca y los viñedos son naturalmente resistentes a las heladas invernales. Sin embargo, en primavera, cuando comienzan la brotación y la floración, se vuelven vulnerables a las heladas cuando las temperaturas descienden por debajo de cero. Esto, a su vez, provoca a corto plazo una mala calidad y retrasos tanto en las hojas como en los frutos de los árboles y las vides. Las heladas de primavera son uno de los fenómenos meteorológicos que más daños causan en los frutales.

Además, el problema se ve agravado por los vaivenes de la temperatura debido al cambio climático. Las plantas son más sensibles a las heladas si en los días previos las temperaturas no han sido tan frías. Todo esto hace que las heladas de primavera sean una de las grandes preocupaciones para el productor de frutales.

Por eso, la protección antiheladas es indispensable en ciertas zonas geográficas para asegurar una cosecha regular en términos de tiempo/retraso, cantidad y calidad.

Pero, ¿cómo afectan las heladas a los frutales?

Todos los cultivos tienen una temperatura crítica para cada fase fenológica del cultivo. Esta temperatura, normalmente inferior a la temperatura de congelación del agua (0ºC), es aquella a la que se destruirán los tejidos (células) vegetales. Los factores que influyen en esta temperatura crítica son:

  • Latencia: Si la planta está en crecimiento activo o en parada vegetativa.
  • Fase de crecimiento: Si se trata de un árbol joven o más desarrollado.
  • Estado de los frutos: Si el árbol está en flor o en fase de cuajado.
  • Contenido de agua en la planta: Si el árbol está bajo estrés hídrico o no.
  • Salud general de la planta.

Por tanto, según la situación de estos factores y el tiempo de exposición de la planta a esa temperatura, la temperatura crítica a la cual se producen daños, será variable.

 

Tipos de heladas: radiación o advección.

Las heladas por radiación ocurren con cielos despejados, con viento en calma o muy poco viento. En esta situación, cuando se pone el sol, el calor acumulado durante el día en el suelo se cede a la atmósfera. Esta capa de aire inferior más caliente se vuelve menos densa y asciende, siendo remplazada por aire más frío procedente de las capas altas. Si no hay nubes que bloqueen este intercambio, la temperatura en la superficie irá decreciendo progresivamente a medida que el suelo y los cultivos van cediendo el calor acumulado durante el día. Este fenómeno se conoce como inversión térmica y es lo que provoca la helada. Es el tipo más común.

Existen dos tipos de helada por radiación:

  • La helada blanca, que tiene lugar cuando la humedad atmosférica se congela formando pequeños cristales sobre las plantas.
  • La helada negra, que tiene lugar cuando la humedad atmosférica es demasiado baja para que se puedan formar cristales de hielo, pero las bajas temperaturas provocan la congelación de los tejidos de la planta.

Las heladas de advección son ocasionadas por la llegada de una masa de aire frío, estando asociada a vientos de moderados a fuertes, baja humedad y condiciones de nubosidad.

Riego antihelada

¿Por qué la aplicación de agua en forma de pequeñas gotas sobre el cultivo protege contra la helada?

Al aplicar el agua con temperatura ambiente por debajo de 0ºC ésta se congela. En el proceso de congelación un gramo de agua libera 80 calorías. Mientras estemos aplicando agua líquida sobre la planta y se vaya congelando, estas calorías liberadas irán manteniendo a la planta en una temperatura cercana a 0ºC, impidiendo que la temperatura descienda más y alcance la temperatura crítica que puede dañar a los tejidos. Por tanto, la aplicación de agua deberá ser constante mientras dure la helada.

El riego antihelada proporciona una mitigación eficaz de las heladas hasta -5°C con una pluviometría de 3 mm/h. Se puede obtener una mitigación de las heladas hasta -8°C con una tasa de precipitación mayor.

Con el riego por aspersión por encima de la copa de los árboles distribuimos el agua de la manera más uniforme posible en toda la superficie que queremos proteger.

¿Qué debemos tener en cuenta en un sistema de riego por aspersión antihelada?

El éxito de la protección de los cultivos contra los daños causados por las heladas mediante riego por aspersión depende de dos factores cruciales: la aplicación de agua y la uniformidad. La relación entre el volumen de agua y el área de aplicación es uno de los factores más importantes a tener en cuenta a la hora de diseñar un sistema para mitigar las heladas. El cálculo del caudal de aplicación debe tener en cuenta factores como la temperatura ambiente, la velocidad del viento y la humedad relativa.

El viento afecta a los niveles de evaporación y a la uniformidad de la aplicación. La influencia del viento conlleva la necesidad de un mayor caudal de aplicación de agua, para proporcionar el mismo grado de mitigación de las heladas que cuando no hay viento. Para tener una buena uniformidad el aspersor debe seleccionarse adecuadamente. Tendremos que calcular bien la separación entre ellos, el caudal de aplicación y la presión de funcionamiento.

El éxito de la protección de los cultivos contra los daños causados por las heladas mediante riego por aspersión depende de dos factores cruciales: la aplicación de agua y la uniformidad.
El éxito de la protección de los cultivos contra los daños causados por las heladas mediante riego por aspersión depende de dos factores cruciales: la aplicación de agua y la uniformidad.

Además, se debe poner en marcha el riego en el momento adecuado, regando continuamente durante el periodo de protección y no dejarlo hasta que el hielo empiece a derretirse. Para ello se necesita disponer de un suministro de agua suficiente y constante.

La transparencia del hielo es importante: Si el riego se inicia a tiempo, es decir, antes que la temperatura sea demasiado baja, el hielo será transparente y la protección adecuada. Si el riego se inicia demasiado tarde, es decir, a una temperatura demasiado baja, el hielo será blanco y opaco, lo que indica un enfriamiento debido a la evaporación y una protección inadecuada.

Tipos de sistemas de aspersión para mitigación de heladas.

La selección adecuada de un sistema de mitigación de heladas es una cuestión crucial, principalmente económica. El objetivo es proporcionar una protección suficiente al cultivo, garantizando la cosecha en cantidad y calidad, teniendo en cuenta la configuración del sistema y los costes operativos actuales frente al coste potencial de los daños evitados.

Para seleccionar el sistema de mitigación de heladas adecuado, hay que tener en cuenta:

  • La disponibilidad de agua.
  • La disponibilidad de energía.
  • El tamaño de la zona protegida.
  • Las propiedades meteorológicas del lugar.
  • La topografía del lugar y sus puntos particulares de microclima.
  • La frecuencia prevista de las heladas.
  • La duración prevista de una helada típica.
  • La distancia entre árboles/hileras y el diámetro de estos (para una cobertura localizada).
  • La temperatura crítica de la planta en cada una de sus fases de crecimiento.
  • Según la distribución de los aspersores tendremos una cobertura total o un riego localizado sobre el árbol.

Cobertura total

El diseño se realiza para cubrir la totalidad de la finca cultivada. Este sistema cuenta con una serie de desventajas a tener en cuenta como un consumo de agua elevado, el riesgo de encharcamiento y escorrentías, una degradación de la estructura del suelo por erosión o inundación y, el lavado de nutrientes.

Aspersión localizada sobre el árbol

El diseño se realiza para proteger únicamente el cultivo, dejando las calles secas. La principal ventaja de este sistema es la reducción (del 30% al 70%) de la aplicación de agua en comparación con la aspersión de cobertura total sobre el cultivo. También cuenta con una serie de desventajas como un mayor riesgo de evaporación en caso de baja humedad y viento, y una eficiencia más limitada en condiciones de viento.

Según el tipo de aspersor podremos elegir entre aspersión o microaspersión de funcionamiento en continuo o microaspersión por pulsos (Pulsar®). Este sistema funciona usando un reducido caudal por hectárea inferior al 50% de agua requerida en sistemas de aspersión continua.

Su función autocompensante proporciona una gran uniformidad a lo largo de la línea de riego y permite su uso en terrenos en pendiente o con largos laterales. Sus frecuentes pulsos por minuto, en relación con el caudal del gotero y el tipo microaspersor, aseguran un riego continuo en una gran área. Se evita la saturación del suelo, incluso después de muchas horas de riego. Y se deposita un menor peso del hielo sobre la planta, evitando problemas de roturas de ramas.

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