Bienvenidos a la Data-Driven (Agri)Culture – Hispatec

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Bienvenidos a la Data-Driven (Agri)Culture

La transformación digital como herramienta para afrontar los retos y desafíos que plantee el futuro de la agricultura

La agricultura se enfrentará a nuevos desafíos en los próximos años. Ante una población creciente y mercados más volátiles existirá el derecho a una alimentación sana para todas las personas, es decir, una seguridad alimentaria. Tendremos que hacerlo de una forma sostenible, preservando el medio ambiente, la biodiversidad, el agua, el suelo, el aire y contribuyendo a la mitigación del cambio climático. Todo esto, a la vez que se adapta a unos efectos de producción adversos.

También se necesitará recurrir a la innovación para la eficiencia en el uso de los recursos y, especialmente, en el caso de la energía a fuentes renovables. De la misma manera que los procesos de integración de la cadena alimentaria y la implantación de grandes explotaciones en manos de grupos de inversión que representan un modelo diferente al que conocemos; las nuevas preferencias de los consumidores y la demanda de productos personalizados y bajo demanda, el aumento de la conciencia sobre la salud y la sostenibilidad, las tecnologías emergentes en el desarrollo de tejidos biológicos, tecnologías de fabricación avanzadas, vehículos autónomos, robótica y dispositivos conectados. Así como también serán necesarios los cambios en la cadena de valor y las configuraciones de las empresas, la tendencia creciente hacia la integración horizontal y/o vertical de las ofertas adyacentes.

Todos estos grandes desafíos unidos a la necesidad de reinventar y hacer más productivo y sostenible un sector que adolece de métodos, a veces, excesivamente tradicionales, nos mete de lleno en la, tan manida, guerra de la transformación digital.

Pero en esta guerra los agricultores no estarán solos. La revolución agrotecnológica que está en marcha trae cambios disruptivos. Ante eso nuestro modelo de explotación agraria está obligado a reaccionar si no quiere verse fuera de juego. Algunas tendencias, ya evidentes desde hace varios años, se van a ver aceleradas y potenciadas mediante la transformación digital de la agricultura, por ejemplo: una mayor sostenibilidad de los procesos de producción, la reducción de costes de producción y la integración vertical de la cadena de valor agroalimentaria, así como todo lo que suponga impacto notable en los objetivos de desarrollo sostenible marcados desde Europa.

No se trata de una nueva guerra. La cultura de la tecnología y los datos ya tuvieron sus batallas en otros sectores más permeables a la tecnología, como la banca y el mundo financiero en general. Precisamente por esa necesidad de adaptarse a las nuevas circunstancias y llegar a más población con menos recursos, le llega, ahora, el turno de hacer las maletas hacia la innovación digital al sector agrario. Esa esperada palanca de cambio para un sector y toda la red de valor que configura la industria agroalimentaria hasta el consumidor final.

Capacidad para adaptarse a las nuevas circunstancias y llegar a más población con menos recursos
Capacidad para adaptarse a las nuevas circunstancias y llegar a más población con menos recursos

La transformación digital ofrecerá a las explotaciones agrarias -y a toda la red agroalimentaria en su conjunto- toda una serie de oportunidades:

  • La posibilidad de acercarse directamente a los consumidores con información precisa sobre los productos, cómo y cuándo aplicarlos.
  • Los procesos de producción.
  • La compra sin intermediarios.
  • El enriquecimiento de las relaciones digitales dentro del ecosistema agroalimentario
  • La reducción de pérdidas e ineficiencias en el uso de insumos de producción o químicos de protección de cultivos, con una aplicación mucho más exacta y quirúrgica.
  • La optimización en la toma de decisiones; la simplificación de procesos y tareas administrativas
  • La interoperabilidad plataformas de gestión y la cooperativización de los datos que manejan.
  • La mejora del rendimiento y de la calidad de la producción de su explotación.
  • La trazabilidad del producto desde la producción hasta el consumidor, pasando por el ámbito logístico, el cumplimiento de las normativas y certificaciones de calidad que cada vez son más exigentes.

Y dado que en parte es un territorio inexplorado, las soluciones, enfoques y aproximaciones al mercado serán múltiples. Habrá quien, aprovechando sus capacidades disruptivas en tecnología electrónica, desarrolle dispositivos de sensores agronómicos para instalar en el campo, como PESSL, NAZARIES, SPRINKL o AMBER. Habrá otros que convenientemente instalados en la maquinaria agromecánica de una explotación, permitirán el control y manejo preciso de la misma, como es el caso de PULVERIZADORES FEDE o JOHN DEERE, que ha convertido la maquinaria agraria tradicional en computadores con ruedas de 150 pulgadas. Habrá quien desarrolle soluciones de robótica para automatizar la cosecha de frutos de alto valor añadido, reduciendo su coste de manipulación (tradicionalmente más de 1/3 de los costes totales), como es el caso de TEVEL y sus recolectores voladores, o ABUNDANT ROBOTICS (que desarrollaron los primeros cosechadores robóticos de manzana.

También habrá quien aplique tecnología blockchain para garantizar la trazabilidad de una certificación de café ecológico, como es el caso de FARMER CONNECT y su app “Thank My Farmer”. Otros querrán integrar a los pequeños productores y poner su oferta sin intermediarios al alcance del consumidor, como AGGRIGATOR. Habrá quien aplique su experiencia y conocimiento para el desarrollo de modelos basados en servicios geoespaciales, como ESRI o COPPERNICUS. También hay quien basa su oferta al mercado en imágenes de drones y satélites, como es el caso de AGRIBOTIX, TARANIS (que adquirió hace poco la plataforma de captura de imágenes aéreas MAVRX), la startup peruana SPACEAG, o los nanosatélites CUBESATS lanzados por ALEN y diseñados como un enjambre para la toma de datos satelitales. Hay gente que aprovecha los avances en tecnología para desarrollar modelos inteligentes de riego que busquen el ahorro y la eficiencia de un recurso tan preciado como el agua, como es el caso de SUPROMED, GRUPO WIND u HORTAU. Habrá quien adquiera pequeñas startups para construir su propio laboratorio de digitalización (como es el caso de BASF) que adquirió una empresa especializada para dar forma a XARBIO, su plataforma de soporte a la toma de decisiones agrarias de sus clientes. Habrá quien sea capaz de construir un simulador sobre la respuesta del rendimiento de los cultivos herbáceos al agua, como el modelo ACUACROP promovido por la FAO y desarrollado por la Universidad de Córdoba y el CSIC. Habrá quien desarrolle modelos de ultrasonidos capaces de identificar la presencia masiva del vector de la Xyleya Fastidiosa, como el desarrollado por RURAL BRIDGE y la Universidad de Castilla La Mancha (UCLM).

Principales actores de la revolución agrícola
Principales actores de la innovación agrícola

Pero no sólo hablamos de la vertiente tecnológica. En ese binomio de capacidad de tracción e innovación en sus tecnologías habrá quien ofrezca servicios integrales a los agricultores, como AGROSTAR o desarrolle agricultura vertical, como FREIGHT FARMS o AEROFARMS. También existen las empresas más tradicionales que incorporan innovación para desarrollar nuevas tecnologías y métodos de cultivo y tirar de su segmento de mercado hacia esa nueva forma de ver la producción agrícola. Es el caso de SEMILLAS FITÓ, ALMA DE CARRAOVEJAS y SUREXPORT. Su estrategia de transformación digital para integrar toda la cadena de valor y mantener una comunicación bidireccional con el cliente que puede convertirlo en el productor líder de frutos rojos en Europa. Otro ejemplo es AGROMILLORA y su modelo de agricultura eficiente y sostenible (SES) basada en portainjertos de alta tecnificación que permita alcanzar esa eficiencia buscada, y que para ello deberá basar su explotación en la captura y seguimiento datos de precisión milimétrica. Por supuesto, no podemos dejarnos atrás a las grandes, y no tan grandes, corporaciones, como TROPS, UNICA, CASI, BALAM, etc. Fruto de la fusión entre las reconocidas empresas de servicios agronómicos GALPAGRO y CBH, SAN MIGUEL que, convencidos de que esta revolución industrial ha llegado para quedarse, están iniciando el camino de la transformación digital.

La industria AgTech cambia cada día y se ha convertido en un tema del que se habla mucho, no solo entre los agricultores, sino también entre las empresas emergentes, fondos de capital-riesgo y empresas. Las tendencias en curso indican que los consumidores están presionando fuertemente para que las empresas proporcionen información detallada y servicios añadidos sobre los alimentos que venden y de dónde provienen; y, por construir modelos y prácticas comerciales sostenibles que produzcan beneficios económicos al tiempo que eliminan el alimento desperdiciado. El AgTech está llamado a ser la próxima revolución industrial de la agricultura. Bienvenidos a la cultura de la información y la era de la nueva agricultura. El campo, nunca mejor utilizada la expresión, es tan nuevo e inmenso que habrá sitio para que todos puedan innovar y dejar su impronta.

Las  claves del éxito de esta nueva revolución industrial (la revolución agronómica digital) son aquellos que dejarán a un lado de la línea roja a los que vieron la oportunidad de la transformación digital como una aventura. Al otro lado de esa línea roja estarán los que verdaderamente integraron esa transformación en su estrategia de desarrollo como una visión de una agricultura basada en los datos. Esa última milla conseguirá que el valor llegue a los directivos de las grandes empresas agrarias y de servicios a la agricultura, que son los que finalmente se juegan su bonus tomando las decisiones estratégicas cargadas de incertidumbre. Ese hecho diferencial entre el éxito y el fracaso va a determinar la permanencia en tiempo del paso anecdótico en la historia del sector.

Disponer de la capacidad de capturar, agrupar, depurar, transformar, combinar, integrar y gestionar toda esa cantidad ingente de datos. Integrando datos tanto de fuentes corporativas como de fuentes externas a la empresa, y, de aquellas zonas oscuras de los canales de comunicación con sus diferentes grupos de interés (clientes, proveedores, consejos de administración, etc.). A veces es fundamental para la toma de decisiones, e integrar los datos de manera eficaz, transparentes, analizándolos con modelos matemáticos y de inteligencia artificial. Es necesario, también, que las conclusiones estén apoyadas por el conocimiento del sector a pie de campo y construir un sistema de soporte a la toma de decisiones más certero y preciso. Esas decisiones tienen que estar basadas en los datos que previamente han sido capturados y analizados, y que todo esto se haga en un tiempo y a un coste asumible para la empresa.

Bienvenidos a una nueva era, la Data-Driven Agriculture

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