La influencia del diámetro del portainjerto y la fisiología de la yema, en el prendimiento del injerto del pistachero (Pistacia vera L.).

Los estudios muestran la amplia diversidad agronómica de las especies del género Pistacia utilizadas como portainjerto del pistachero, al menos en sus primeras etapas de desarrollo. Se ha observado una importante relación positiva entre el vigor expresado como diámetro del tronco y el % de prendimiento del injerto. A su vez, la experiencia demuestra que la calidad y el conocimiento del material vegetal a injertar, principalmente en el grado de madurez de las yemas así como los condicionantes de los pies madres (portayemas) tienen una gran importancia en tan deseado prendimiento.

Aspectos agronómicos del injerto en el Pistachero

El cultivo del pistachero al igual que la mayoría de especies frutales cultivadas se compone de dos partes, el portainjerto y la variedad. A diferencia de otros frutales el patrón es indispensable para la propagación vegetativa ya que la capacidad de enraizamiento de las variedades de pistacho es prácticamente nula de forma natural.

Elección del portainjerto

La elección del portainjerto es una fase crucial en el desarrollo futuro del cultivo. Existen amplias diferencias en cuanto a producción, vigor y longevidad, resistencia a enfermedades, etc. Dentro del género Pistacia encontramos un importante número de especies con características agronómicas que pueden resultar interesantes como posibles portainjertos: Pistacia vera L., P. atlantica Desf., P. terebinthus L., P. palestina Boiss , P. integerrima Stewartson, que junto con diferentes híbridos interespecíficos procedentes de cruzamientos entre P. atlantica y P. integerrima (UCB1 de polinización cerrada y PGII de polinización abierta, creados principalmente por su resistencia al hongo del género Verticillium) son los más utilizados.

El cultivo del pistachero de manera general presenta heterogeneidad del prendimiento del injerto, influida por multitud de factores (climatología, vigor y salud del portainjerto, época, modalidad, incompatibilidad, etc.). Es precisamente el injerto el que figura como una de las principales razones por las que este cultivo no se extiende con mayor intensidad en zonas con condiciones edafoclimáticas teóricamente adecuadas.

El injerto que mayoritariamente se viene realizando en las regiones del mundo donde el cultivo prospera, se realiza principalmente en campo, con la modalidad de escudete, también llamado en T o de yema (Fotografía nº 1), durante los meses de verano, con material vegetal del mismo año, sobre un pie con un diámetro generalmente más pequeño que el de la vareta de donde se extrae la yema.

Fotografía nº1: Injerto de escudete, también llamado en T o de yema. Principal técnica de injerto utilizada en el cultivo del pistachero.
Fotografía nº1: Injerto de escudete, también llamado en T o de yema. Principal técnica de injerto utilizada en el cultivo del pistachero.

Así, el prendimiento del injerto va a estar muy influenciado por las condiciones edafoclimáticas de cada zona; por la determinación de la época del injerto -siendo un periodo relativamente largo el verano-; por los portainjertos, que al proceder de propagación mediante semillas, dan lugar a un comportamiento vegetativo no uniforme (diferencias de vigor, fenologías, hábitat, etc.) dentro de los rangos de la especie; por la necesidad de diámetros relativamente grandes en el portainjerto para la sección del injerto, de aquí la importancia de un vigor adecuado durante las primeras etapas de desarrollo, ya que si no ralentizaría el momento del injerto; y por el material vegetal para el injerto con condiciones adecuadas fitosanitarias, edad, tipo de yema, lignificación, etc.

El diámetro del portainjerto y la fisiología de la yema a injertar

A continuación hablaremos de dos aspectos fundamentales y en gran medida controlables, que nos condicionarán el prendimiento del injerto en el pistachero: el diámetro del portainjerto y la fisiología de la yema a injertar. Sin olvidar que estos factores con una clara influencia en el prendimiento del injerto siempre estarán condicionados por el factor climático. Esta especie es muy sensible a las variaciones de temperatura durante el periodo de actividad vegetativa.

Las temperaturas (principalmente la amplitud térmica) marcan el comportamiento del patrón, facilitando la producción de tejido nuevo tras el injerto, y así conseguir una rápida unión entre ambas partes. Pero se trata de un factor nada controlable y normalmente difícil de predecir en condiciones de campo.

Diversos autores inciden en la importancia de la época en la que se lleva a cabo la operación. Así, las diferencias encontradas y analizadas en el prendimiento entre dos épocas de realización del injerto, en diferentes parcelas (diferentes suelo, clima y condiciones de mantenimiento, como diferentes especialistas en la materia del injerto, etc.), normalmente presenta mejores resultados la segunda injertada, es decir, mediados/finales de agosto que primeros y ésta mejor que mediados de julio.

Estas diferencias obtenidas en el % prendimiento para la variable época (independientemente del factor climático comentado), pensamos que pueden ser debidas principalmente o en parte, al diámetro de los portainjertos, siendo éste mayor en la segunda injertada que en la primera, y al mayor grado de madurez de las yemas, que según avanza el verano, van ganando.

Vigor del portainjerto

Para llevar a buen término el injerto algunos autores destacan la importancia del vigor del portainjerto. En diferentes ensayos realizados, en los análisis de correlación entre los datos de crecimiento y el porcentaje de prendimiento se observó que el diámetro de las plantas era un factor positivo que producía un aumento del % de prendimiento del injerto.

Gráfico nº 1. Línea polinómica y rectas de regresión (>15) entre 8mm hasta 15mm y (B) (<15) diámetro superiores a 15mm. Significación *0,05, **0,001 y ns. no significativo.
Gráfico nº 1. Línea polinómica y rectas de regresión (>15) entre 8mm hasta 15mm y (B) (<15) diámetro superiores a 15mm. Significación *0,05, **0,001 y ns. no significativo.

Igualmente se puso de manifiesto que la altura de las plantas no era un factor determinante en el prendimiento del injerto. Según lo observado, parece ser que existe una relación muy estrecha entre el vigor expresado como diámetro del tronco al nivel del suelo y el % de prendimiento del injerto.

En el gráfico nº 1. (relación entre el diámetro y prendimiento) se observa este hecho: aumento del prendimiento con un aumento del diámetro. Las dos rectas de regresión que mejor la representan son: la formada por los diámetros comprendidos entre 8 y 15mm donde se observa la influencia del aumento de prendimiento con el aumento del diámetro (R2= 0,89).

La otra línea es la representada con los individuos con diámetro superior a 15mm donde el comportamiento fue más homogéneo respecto al porcentaje de prendimiento del injerto, no encontrándose significación (R2= 0,006). A su vez se observa en dicha línea aunque con pendiente baja, que un exceso de diámetro puede ir en decremento del porcentaje de prendimiento.

Yemas

Por otro lado tenemos la fisiología de las yemas, para intentar llevar a cabo con éxito la técnica de dicho injerto. Utilizaremos yemas por su posición axilares y por su función vegetativa, procederán de varetas de material vegetal del mismo año, es decir el material vegetal que comenzó a brotar en la primavera (generalmente abril) del mismo año.

En el crecimiento del brote del año en el pistachero podemos encontrar dos tipos de yemas, yemas con función vegetativa y yemas con función reproductora sexual, es decir yemas florales. Para el injerto necesitamos exclusivamente las yemas vegetativas, las mismas cambian su morfología dependiendo de la variedad, como podemos observar en la fotografía nº 2 la yema vegetativa de la variedad Larnaka es distinta a la yema vegetativa de la variedad Kerman y a su vez las yemas florales son también distintas.

Fotografía nº 2: Escudo de yemas de pistacheros extraídos de la vareta portayemas. (23 de mayo 2017). A: Yema vegetativa variedad Larnaka B: Yema vegetativa variedad Kerman C: Yema floral variedad Kerman
Fotografía nº 2: Escudo de yemas de pistacheros extraídos de la vareta portayemas. (23 de mayo 2017). A: Yema vegetativa variedad Larnaka B: Yema vegetativa variedad Kerman C: Yema floral variedad Kerman

Por la constitución fisiológica del brote nuevo del año, las yemas de flor las encontramos en la base, primeras yemas en formarse en el crecimiento, el número puede ser variable, podemos encontrar varetas con un porcentaje desde cero en yemas florales hasta varetas que en su totalidad sean yemas florales. Dichas yemas de flor son más voluminosas y presentan mayor número de escamas de protección como podemos observar en la fotografía.

Así de manera general encontramos las yemas vegetativas en toda la vareta portayemas si procede de árboles muy jóvenes o de árboles con podas especiales, principalmente podas fuertes (pies madres) para evitar producción y que se dé la máxima expresión de yemas vegetativas. Mientras que si el brote procede de árboles en producción o inicios de la producción gran parte de las yemas que presenten pueden ser yemas florales. En la fotografía nº 3 podemos observarlo.    

Fotografía nº 3. Varetas portayemas. A: Vareta procedente de pie madre, variedad Kerman (en circulo azul yemas florales). B: Vareta procedente de árbol en producción, variedad Kerman (en circulo azul yemas florales). C: Vareta procedente de pie madre, variedad Larnaka, todas las yemas vegetativas
Fotografía nº 3. Varetas portayemas. A: Vareta procedente de pie madre, variedad Kerman (en circulo azul yemas florales). B: Vareta procedente de árbol en producción, variedad Kerman (en circulo azul yemas florales). C: Vareta procedente de pie madre, variedad Larnaka, todas las yemas vegetativas

Una vez identificadas las yemas vegetativas, se ha comprobado que el grado de madurez de la mismas es un factor importante para el prendimiento. Al trabajar en campo directamente y en condiciones climáticas extremas, principalmente de altas temperatura y baja humedad ambiental (factores que no podemos controlar), las yemas injertadas sufren un importante estrés durante los primeros días hasta la posible unión con el portainjerto.

Resultados

Los resultados demuestran que las yemas con un grado de madurez alto, presentan mejores condiciones para soportar el estrés y llevar a éxito el injerto. Las yemas florales como hemos comentado anteriormente son las primeras en formarse y si realizamos injertos con las mismas, casi desde el inicio del verano se observa que la chapa/escudo (parte de tejido que soporta la yema) suele unir con facilidad, con el inconveniente de que normalmente la yema por abscisión se desprende mayoritariamente o a lo mucho brotaría la panícula (racimo de flores).

Así al utilizar las yemas vegetativas debemos asegurar que la madurez de las mismas es correcta (fotografía nº 4), estás serán más grandes en tamaño, presentarán un color exterior más opaco, las escamas protectoras del primordio foliar se encontrarán lignificadas y en el interior de la yema dicho primordio estará desarrollado.

Fotografía nº 4. Sección de yemas de la variedad Kerman (23 de mayo 2017). A: Yema vegetativa inmadura. B: Yema vegetativa casi en su madurez. C: Yema de flor.
Fotografía nº 4. Sección de yemas de la variedad Kerman (23 de mayo 2017). A: Yema vegetativa inmadura. B: Yema vegetativa casi en su madurez. C: Yema de flor.

Se ha analizado que dichas yemas vegetativas maduras presentan unos resultados significativamente mejores, que el injertar yemas poco evolucionadas o en desarrollo, ya que parece ser que estas últimas, ante situaciones más extremas climáticamente el prendimiento que se obtiene es nulo o muy bajo.        

Conclusión  

Para finalizar concluimos que el injerto del pistachero en campo dependerá de multitud de variables. Algunas, como la climatológica, de máxima importancia, en cierta manera predecible pero no controlable; otras variables presentan parámetros controlables, entre ellos: la relación significativa entre diámetro del portainjerto y prendimiento del injerto, sería conveniente realizar el injerto en plantas jóvenes con diámetros comprendidos entre los 10-16 mm.; la utilización de material vegetal de calidad, recomendando que proceda de pies madres preparados para tal fin, junto con la utilización de yemas vegetativas fisiológicamente bien desarrolladas o al menos con un alto grado de madurez.

En definitiva dos factores controlables e importantes que nos ayudarán a aumentar los porcentajes de prendimiento del cultivo del pistachero en condiciones de campo.

 

Guerrero Villaseñor, Julián. Responsable de OMNIApistacho (Ciudad Real, España) http://www.todopistacho.com/

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