Entrevista a Christian Cerezo, responsable del departamento de agricultura de PepsiCo Iberia
En 2021 PepsiCo lanzó pep+, una estrategia que pretende transformar toda la cadena de valor con un enfoque sostenible y social. ¿Cómo describirías esta hoja de ruta y qué la diferencia de otras iniciativas corporativas en sostenibilidad?
¿Qué importancia tiene España dentro de la implementación de pep+ y qué papel juegan los agricultores locales en esta transformación?
Desde 2018, PepsiCo asegura que el 100 % de sus cultivos clave en España son de origen sostenible. ¿Qué ha supuesto este hito y cómo se garantiza en la práctica?
Colaboráis con más de 200 agricultores en regiones como Castilla y León, La Rioja, Aragón o Extremadura. ¿Qué modelo de relación mantenéis con ellos y cómo se aseguran beneficios tanto económicos como ambientales?
En Ávila gestionáis una finca piloto donde probáis prácticas como rotación de cultivos, mínimo laboreo, fertilización orgánica y franjas florales. ¿Qué aprendizajes concretos están saliendo de este proyecto y cómo se trasladan al campo de los agricultores?
Se trata de un proyecto en el que aplicamos la agricultura regenerativa mejorando la fertilidad del suelo y asegurando una mayor rentabilidad a largo plazo del cultivo. Lo llevamos a cabo con la cooperativa Indycons y el liderazgo de su presidente, Guillermo Holgado, y nos hemos marcado el objetivo de identificar las mejores prácticas de agricultura regenerativa en el cultivo de patata, así como aportar y probar nuevas herramientas tecnológicas a los agricultores para monitorear sus cultivos.
Estamos en tercer año de implementación de los cinco que prevemos que dure, o sea, nos encontramos en ‘el ecuador’ de este proyecto… y ya estamos viendo algunos resultados muy prometedores. Algunos ejemplos: hemos controlado las malas hierbas mediante pases de cultivador entre surcos; hemos aplicado 25 toneladas por hectárea de estiércol de vaca para mejorar la estructura del suelo y aportar los nutrientes necesarios para el cultivo, junto con 3 toneladas de pellets orgánicos; y realizamos un seguimiento digital constante de los parámetros el suelo para evaluar su evolución en distintas etapas y avanzar hacia una regeneración completa.
Una vez finalizado este proyecto piloto, trasladaremos las mejores prácticas y las herramientas adecuadas para otros cultivos que quieran también realizar la transición hacia la agricultura regenerativa.
¿Por qué habéis decidido apostar por la agricultura regenerativa? ¿Qué ventajas destacarías?
De cara a 2030 y 2050, ¿qué retos identificas como los más críticos para avanzar en esta agenda sostenible?
Nuestros retos y los de la sociedad se centran en lograr una transición efectiva hacia modelos de desarrollo bajos en carbono, resilientes e inclusivos. Debemos adaptarnos a los impactos del cambio climático, proteger la biodiversidad y garantizar el uso responsable de recursos naturales. Por ello, debemos priorizar modelos de producción regenerativos en todos los eslabones de la cadena de valor. Nosotros nos hemos marcado objetivos muy ambiciosos, lograr las emisiones netas cero para 2050 (en las emisiones de alcance 1, 2 y 3).
Para ello, contamos con desafíos estructurales, como impulsar la transformación del modelo agrícola, extendiendo las prácticas regenerativas y facilitando las herramientas tecnológicas y digitales necesarias a todos nuestros colaboradores, un hecho que requiere inversión, innovación y acompañamiento continuado.
Además, la sostenibilidad, no puede desligarse de la dimensión social de las comunidades locales donde operamos. En España en particular, tenemos el reto de la despoblación de las zonas rurales y en la que estamos trabajando a través de diferentes programas de la mano de nuestra Fundación.
Uno de los grandes retos que enfrentamos como compañía es lograr que este sistema se sostenga por sí mismo. En este sentido, estamos viendo cómo, gracias a la formación y al acompañamiento técnico, los agricultores comienzan a percibir el valor de las prácticas regenerativas más allá del incentivo económico directo. Esto nos permite fomentar una adopción más genuina y duradera, basada en los beneficios reales que estas técnicas aportan al suelo, al cultivo y a la rentabilidad a largo plazo.
¿Qué mensaje te gustaría trasladar a los agricultores, socios y consumidores que forman parte de esta transformación?
Lo podríamos resumir en dos palabras: agradecimiento y compromiso. La transformación hacia un modelo alimentario más sostenible no sería posible sin la implicación de todos: desde agricultores y empleados de PepsiCo hasta los propios consumidores de nuestros productos. Cada uno de ellos desempeña un papel fundamental en esta cadena de valor que busca generar un impacto real y positivo en las personas y el planeta.
A los agricultores, ellos son el corazón de esta transición. Gracias a su trabajo diario y a su voluntad, estamos logrando avanzar hacia una agricultura más eficiente, regenerativa y respetuosa con el entorno. Nuestro compromiso es seguir acompañándolos con la formación, asesoramiento y apoyo técnico necesario para que puedan afrontar los retos del futuro con seguridad.
A nuestros socios y colaboradores, trasladarles nuestro compromiso con la seguridad alimentaria, acceso a agua segura y empoderamiento a través de la oportunidad económica. Nuestra estrategia de impacto social se construye alianzas duraderas basadas en la maximización del impacto, escucha activa y compromiso con las comunidades donde operamos.
A los consumidores, cada elección cuenta. Sus decisiones informadas, confianza y preferencia por productos elaborados de forma sostenible son la fuerza impulsora del cambio. En PepsiCo creemos que disfrutar de nuestros productos y cuidar del planeta pueden ir de la mano, y trabajamos cada día para hacerlo posible.
El camino hacia la sostenibilidad es un esfuerzo colectivo. Juntos podemos construir un futuro alimentario más sostenible, equilibrado y positivo para todos.
