La olivicultura toscana: investigación, desafíos y perspectivas futuras

Edgardo Giordani

La olivicultura toscana: investigación, desafíos y perspectivas futuras

ENTREVISTA A: EDGARDO GIORDANI Profesor Asociado – Arboricultura General y Cultivos Arbóreos Departamento de Ciencias y Tecnologías Agrarias, Alimentarias, Ambientales y Forestales (DAGRI)

¿Pueden presentarnos la Universidad de Florencia?

La Universidad de Estudios de Florencia tiene sus orígenes en el Studium Generale que la república florentina quiso fundar en 1321, pero solo en 1924 un decreto específico confirió la denominación de Universidad al Instituto. . Desde el 1 de enero de 2013, tras la reforma introducida por la Ley 240/2010, las Facultades fueron suprimidas; la coordinación de las actividades docentes y la gestión de los servicios correspondientes son ahora competencia de las Escuelas. Hoy es una de las mayores organizaciones de investigación y formación superior de Italia, con 1 800 docentes e investigadores permanentes, unos 1 600 técnicos y administrativos y más de 1 600 doctorandos y becarios de investigación.

En particular, el Departamento de Ciencias y Tecnologías Agrarias, Alimentarias, Ambientales y Forestales (DAGRI), nacido en 2019 de la fusión de dos estructuras preexistentes—el Departamento de Gestión de los Recursos Agrarios, Forestales y Alimentarios (GESAAF) y el Departamento de Ciencias de las Producciones Agroalimentarias y del Ambiente (DISPAA)—es el único Departamento del área de agronomía de la Universidad de Florencia. Al DAGRI están adscritos los 20 SSD de agronomía (AGR), además de BIO/03 (Botánica ambiental y aplicada) y IUS/03 (Derecho agrario). Se trata del segundo Departamento del Ateneo florentino por tamaño y actividad; su personal comprende unos 120 docentes y 60 técnicos/administrativos, 50 doctorandos, 70 contratados posdoctorales y 40 becarios.

El DAGRI se articula en 10 secciones que representan las competencias existentes:

  1. Cultivos arbóreos
  2. Economía, tasación y derecho
  3. Bosques, Medio Ambiente, Madera y Paisaje
  4. Ingeniería Agraria, Forestal y de los Biosistemas
  5. Microbiología agraria; Patología vegetal y entomología
  6. Ciencias agronómicas, genéticas y gestión del territorio
  7. Ciencias Animales
  8. Ciencia del suelo y de la planta
  9. Ciencias y Tecnologías Alimentarias

El DAGRI desarrolla sus actividades en laboratorios dotados de una amplia gama de equipamientos que pueden emplearse tanto sobre el terreno (sensores agrometeorológicos, medidores de parámetros ecofisiológicos de los cultivos, drones, escáneres para el seguimiento de las características del suelo) como en laboratorio (microscopios ópticos y electrónicos, autoclaves y centrífugas, cámaras fotoclimáticas, fermentadores, equipos para análisis químicos, físicos y genéticos, laboratorio sensorial). Ello permite analizar componentes biológicos (cultivos, árboles, bosques, animales, levaduras, mohos, bacterias y microalgas, patógenos e insectos), ambientales (suelo, atmósfera) y productos transformados (leche y derivados, huevos, carne y derivados, vinos, aceites, productos de panadería, etc.).

Además de los 14 programas de la Escuela de Agronomía, el Departamento ofrece formación de posgrado, entre la que destacan dos doctorados: «Ciencias Agrarias y Ambientales» y «Gestión Sostenible de los Recursos Agrarios, Forestales y Ambientales».

La actividad investigadora se desarrolla en numerosos proyectos regionales, nacionales y europeos (H2020, Life), financiados por organismos públicos y privados, en los que los docentes participan como coordinadores o socios. También son importantes las relaciones con el territorio y las empresas, que se concretan en proyectos de innovación y transferencia, convenios y acuerdos mediante los cuales los resultados de la investigación se ponen a disposición de los operadores para el desarrollo del sector. Destacan igualmente las actividades de internacionalización y de cooperación con países en vías de desarrollo.

¿Cuál es su papel dentro de la cadena de valor de la olivicultura?

Desde principios del siglo pasado, el entonces Real Instituto de Cultivos Arbóreos de Florencia se ha ocupado de cuestiones relacionadas con la cadena del olivo. En particular, los estudios se han centrado en la gestión de la copa para incrementar la producción y en el viverismo, desarrollando por primera vez técnicas de propagación por esqueje y, posteriormente, mejoramiento genético mediante selección clonal y cruces intervarietales. Hoy, las líneas de investigación abarcan, además del mejoramiento genético, la defensa fitosanitaria, la interacción planta-suelo y diversos aspectos económicos y de elaboración del aceite, con especial atención a la calidad, también nutricional, de los aceites de oliva virgen extra (AOVE).

¿Cuál es la situación actual de la cadena olivícola toscana?

El sistema productivo, aunque variado, se basa esencialmente en olivares tradicionales y centenarios, con pocas centenas de plantas por hectárea y sistemas de cultivo poco mecanizables, tanto para la poda como para la cosecha. Además, el reducido tamaño de las explotaciones (la media regional de los olivares supera apenas 1 ha) y la promiscuidad varietal dificultan una gestión oportuna de la recolección y la extracción, a diferencia de los nuevos olivares especializados. Hay que tener en cuenta que la orografía de la mayor parte de la Toscana —que sustenta el indiscutible valor paisajístico de sus olivares— es marginal y colinosa, y por tanto poco idónea para el cultivo racional del olivo. Cabe subrayar que gran parte de la producción regional se destina al autoconsumo y que sigue existiendo una gran atención a los aspectos cualitativos que cada productor busca en su propio aceite.

¿Cuáles son las criticidades?

En el pasado, los principales problemas eran los daños por frío, que, con una frecuencia casi trentenal, obligaban a los olivicultores a realizar podas drásticas para recuperar los olivares. Hoy, la principal crítica de la cadena olivícola toscana es la pérdida de competitividad del producto debido a los elevados costes de producción, a pesar de tratarse de aceites de alta calidad reconocidos a nivel mundial. Los factores que originan esta situación están relacionados con la fragmentación de la propiedad, los sistemas de cultivo tradicionales poco mecanizables y una escasa propensión general a la innovación.

¿Qué estrategia está planificando la Universidad para revitalizar la olivicultura toscana?

El DAGRI sigue con interés las numerosas innovaciones de la cadena olivícola internacional, tratando de responder con soluciones específicas a las peculiares características de las diversas realidades productivas locales, con especial atención a las políticas regionales de desarrollo rural.

¿Qué se pretende conseguir y qué características se buscan en el programa de mejoramiento genético?

El ideotipo del pasado, centrado fundamentalmente en la resistencia al frío, exige hoy considerar aspectos como la productividad, la facilidad de manejo agronómico mediante la mecanización, la resistencia a plagas y enfermedades antiguas y nuevas, y la resiliencia frente a nuevos escenarios edafoclimáticos, todo ello sin perder de vista la necesidad de mejorar las ya apreciadas cualidades organolépticas del aceite toscano. Se trata, pues, de combinar en las nuevas variedades las características positivas de las variedades toscanas con rasgos agronómicos acordes con los nuevos modelos de cultivo, que requieren una rápida entrada en producción.

Tras el éxito en otros países del mundo, especialmente España, también en Italia estamos asistiendo a una revolución en la olivicultura. Importantes empresas están invirtiendo en olivares en seto. ¿Creen que esta puede ser una oportunidad real y rentable para nuestro país?

El cultivo en seto ofrece ventajas indiscutibles, como un alto grado de mecanización y la posibilidad de recolectar y transformar el producto en el momento óptimo de maduración, con repercusiones importantes en la reducción de costes de producción y la mejora del AOVE. Sin embargo, dadas las características antes mencionadas de la olivicultura toscana (entre ellas la elevada fragmentación de la propiedad y la orografía colinosa), las superficies que reúnen los requisitos para el desarrollo de este tipo de plantaciones (pendientes limitadas y disponibilidad de recursos hídricos suficientes) son escasas y se concentran en pocas zonas de la Toscana.

El aceite toscano es, sin duda, el emblema mundial de la tipicidad y la calidad. ¿Pueden fusionarse la olivicultura tradicional y la nueva, dando como resultado aceites de altísima calidad que mantengan la tipicidad toscana?

Hoy ya es posible observar cómo los nuevos modelos de cultivo coexisten con la olivicultura tradicional toscana. Ulteriores mejoras cualitativas podrán derivarse de las ventajas que ofrecen los nuevos sistemas de cultivo combinadas con una oferta más amplia de nuevas variedades de prestigio.

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