"Lecciana va a convencer a aquellos que en su día no se decidieron a apostar por ella"
Hablamos con Jose Manuel Sánchez, Agricultor y consejero de la Cooperativa Nuestra Señora de los Ángeles
En la cooperativa habéis apostado por un proceso de transformación para cambiar de olivar tradicional y plantaciones de cereal y girasol a nuevos sistemas de manejo de olivos. ¿a qué se debe este proceso?
Nosotros somos muy conocidos por la producción de aceites de montaña, aceites que se elaboran a partir de variedades como lechín, hojiblanca, la sevillana y manzanilla. Estas variedades antiguamente representaban el 95% del olivar que había en la zona y con el que se trabajaba en la cooperativa. A mediados de los años 70, se empezaron a arrancar grandes extensiones de olivos en zonas de campiña y llano, dejando únicamente los olivos de cerros y zonas más montañosas.
A principio de los 90’s se volvieron a plantar olivares, ya en modelos intensivos, con variedades como picual y hojiblanca, el Lechín continuaba en la sierra. Se plantaron entonces variedades distintas en las mismas parcelas, una especie de coupage natural, que se diferenciaban del monovarietal de Lechín.
Entonces entró arbequina, una variedad que considerábamos como un aceite gourmet. Arbequina entró también en intensivo y actualmente representa el 70% de las plantaciones, provocando la decadencia de otras variedades, sobre todo lechín, que ahora representa un 10%.
¿En qué momento aparece Lecciana en los planes de la cooperativa?
Hace unos 5 años, decidimos apostar por la recuperación del lechín, ya que sus aceites son de gran calidad, con alto contenido en fenoles y de buen rendimiento, y suponen un punto diferencial para la cooperativa y sus productos. Se empezó pues a pensar cómo volver a dar importancia a esta variedad. Durante este proceso, nos cruzamos con lecciana y vimos que quizás podía ser la solución que estábamos buscando.
Empezamos a catar aceites, hacer seguimientos de fincas de lecciana y hace unos dos años decidimos potenciar el cambio cultural de la zona, es decir, introducir el superintensivo en secano en los planes de la cooperativa y sus socios. Nuestra apuesta ha sido introducir la variedad en todos los terrenos de la cooperativa: en llano, ladera y pendiente.
La recepción ha sido muy alta, teníamos apalabradas unas 200 hectáreas, pero por culpa de la sequía y las lluvias finalmente se llevaron a cabo un poco más de 100 plantaciones, siempre en parcelas pequeñas de 7 u 8 ha. También ha habido agricultores que no han querido aventurarse y han plantado arbosana y arbequina.
Por otra parte, creo que son una referencia para aquellos que no conocen el modelo o no se han atrevido a apostar por él: las zonas en que hemos plantado son zonas muy vistosas, se pueden ver desde las carreteras y desde lejos. Hasta la fecha, la gente está encantada con el comportamiento de la variedad.
“Una adaptación fenomenal a la falta de agua, un fuerte enraizamiento y una gran resistencia a las enfermedades comunes.”

¿Cuáles son los factores que os convencieron para empezar a plantar Lecciana?
Principalmente fue la capacidad de adaptación a los terrenos de nuestra zona y su manejo y recolección lo que hizo que nos decantáramos por esta variedad. Hace unos años, durante el proceso que iniciamos para recuperar el lechín, nos encontramos con muchos socios y agricultores reacios ante la idea.
El hecho de volver a plantar Lechín, pese a la calidad de sus aceites, asustaba un poco a los agricultores, ya que tiene un porte llorón y muy rústico que dificulta mucho tanto el manejo como la recolección.
En ese momento apareció lecciana, que tiene todo aquello que buscábamos en lechín: una adaptación fenomenal a la falta de agua, un fuerte enraizamiento, y una gran resistencia a enfermedades comunes, con el añadido de que el manejo es mucho más llevadero y, por ende, la recolección de la aceituna.
¿Y en cuanto a los aceites?

¿Qué producción de aceite de lecciana está prevista para la próxima campaña?
¿Abrís la puerta a la diversificación de variedades adaptadas al cultivo en seto??
Mucha gente pregunta por esta y otras variedades huyendo del olivar tradicional.
Los socios prácticamente están convencidos, el problema es el clima, que no nos ayuda a arrancar con el proceso de plantación de un nuevo sistema. Los precios también afectan a la toma de decisiones; en años normales en que se estabilice la situación, las variedades de seto van a ser, sin duda, la apuesta de todos.
Por nuestra parte, apostamos en sembrarlo en serranía y adaptar el cultivo a todas las pendientes y tipos de suelo que tenemos.