EL ALMENDRO EN ESPAÑA

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SITUACIÓN E INNOVACIÓN TECNOLÓGICA PARA UN PRODUCCIÓN SOSTENIBLE

España es el tercer productor mundial con una producción en 2019 muy próxima a la de Australia. El almendro, junto al olivo y la viña han constituido la trilogía mediterránea durante siglos con un cultivo mayoritariamente en secano, basado en árboles en vaso de volumen considerable y amplios marcos de plantación. Es por ello que su zona de cultivo tradicional ha sido la vertiente mediterránea (Figura 2), por ser donde ha encontrado su mejor adaptación edafo-climática. En las últimas décadas su expansión ha propiciado el desplazamiento hacia otras regiones del norte, centro y oeste, incluido Portugal.

 La evolución total de la superficie de almendro en España a lo largo del período 2004-2019 muestra una disminución progresiva hasta el año 2014, para después iniciar un ascenso progresivo y continuado hasta la actualidad como se ilustra en la Figura 3 para el período 2013-2019. Ello es el resultado de importantes plantaciones a lo largo de las dos últimas décadas que se ha traducido en un incremento muy significativo, tanto de las superficies como de las producciones, alcanzando 101.900 t de almendra grano en la campaña 2019-2020.

Se contó en dicha campaña con una superficie total de 653.021 ha de las cuales 557.069 ha corresponden al secano y tan solo 95.952 al regadío (Figura 2), por lo que esta opción se ha incrementado un 45% en los últimos 5 años, representando actualmente el 15% de la superficie total. El 29% de la superficie de regadío corresponde a nuevas plantaciones.

La distribución geográfica actual del cultivo del almendro en España muestra claramente como la mayor parte de la superficie se sitúa en la vertiente mediterránea, expandiéndose en la última década hacia otras zonas de Castilla León, Extremadura y Andalucía, donde esta especie ha sido tradicionalmente menos importante. La distribución de la producción por comunidades autónomas muestra esta amplia distribución territorial, pero evidencia también que las regiones realmente importantes son tres, dado que aportan el 75% de la producción nacional.

Se trata de Andalucía, Castilla la Mancha y Aragón, tal y como se observa en la Figura 4, donde se expone también su evolución a lo largo del período 2004-2018. Dicha evolución muestra además algo característico del almendro como son las oscilaciones entre años dependiente de las condiciones climáticas, en particular las heladas primaverales. Estas afectan a variedades de floración precoz de amplia implantación territorial como son ‘Marcona’ o ‘Desmayo Llargueta’ de floración precoz.

Las producciones medias de las hectáreas productivas han sido tradicionalmente muy bajas en España, con valores medios de 240 kg/ha de almendra grano, al tratarse de un cultivo en muchas regiones marginal y de secano. En el caso de secanos frescales y dada la baja rentabilidad de los cultivos extensivos, se dispoone en la actualidad de nuevas opciones productivas como son los almendros autoenraizados en fase de evaluación y desarrollo en diferentes regiones de España combinando tres factores: variedades autofertiles de floración tardía, la tecnología de micropropagación y la conducción en seto de pequeño volumen (Iglesias, 2019b).  Sin embargo, en regadío la producción media asciende a 600 kg/ha.

Figura 4: Evolución de la producción de almendra cáscara (t) por Comunidades Autónomas en España a lo largo del período 2004-2018 y distribución para el año 2018 (Fuente MAPA).
Figura 4: Evolución de la producción de almendra cáscara (t) por Comunidades Autónomas en España a lo largo del período 2004-2018 y distribución para el año 2018 (Fuente MAPA).

Tanto las producciones de los últimos años como las previsiones proyectadas hasta el 2025 (Figura 4), indican un crecimiento sostenido de las producciones. Ello es el resultado de las importantes plantaciones realizadas en la última década, tanto en España como en Portugal. A falta de datos oficiales y en base a las ventas de los principales viveristas de España, se estima que en los 5 últimos años se han producido anualmente entre 15 y 20 millones de almendros con destino mayoritario a España (77%) y a Portugal (19%) y en menor grado a Italia.

La mayoría se han destinado a los secanos (75-80%) y a sistemas tradicionales e intensivos (94%). Considerando el número de plantones producidos, puede estimarse que la superficie plantada anualmente entre España y Portugal no ha sido inferior a las 30.000 ha/año. Ello supone un incremento acumulado muy importante que permite realizar la proyección estimada de las producciones en el horizonte 2025 expuesto en la Figura 4.

La tecnología de producción

Portainjertos

            Con respecto a los patrones, su utilización ha ido muy ligada al sistema de formación utilizado en las diferentes zonas productoras. El vaso, con sus diferentes variantes, ha sido el sistema predominante, utilizándose tradicionalmente como patrón la almendra amarga y la variedad ‘Garrigues’.

En las dos últimas décadas para este sistema de formación se ha generalizado el uso de los patrones vigorosos GF-677, Garnem y más recientemente Rootpac®R, por conferir este un menor vigor, permitir intensificar la plantación y presentar una buena adaptación a suelos compactos, poco fértiles o con problemas de replantación. Para el sistema en seto el principal patrón utilizado es Rootpac®20 por conferir un vigor controlado y un buen comportamiento en suelos fértiles, pero también pesados o con problemas de asfixia o nematodos.

En ocasiones en que los suelos lo requieran por su baja fertilidad, textura compacta, mal drenaje, etc., el Rootpac®R proporciona muy buenos resultados por su excelente adaptabilidad. El vigor de los patrones mencionados puede observarse en la Figura 6, donde es evidente la diferencia de vigor conferida a la variedad.  Para el sistema en seto el patrón utilizado mayoritariamente en España y Portugal es el Roopac®20 junto al Rootpac®R, en casos donde lo justifiquen las limitaciones edáficas. Este último presenta a la vez un notable interés para el sistema intensivo con menores marcos de plantación por posibilitar un mejor control del vigor.              

Figura 6: Vigor conferido por diferentes patrones de la serie “Rootpac®”, con respecto a los de referencia: Garnem y GF-677.
Figura 6: Vigor conferido por diferentes patrones de la serie “Rootpac®”, con respecto a los de referencia: Garnem y GF-677.

Variedades

            La actual estructura productiva del almendro en España muestra como diferentes variedades se producen en las diferentes áreas productivas, buscando la mejor adaptación posible, otras son comunes a muchas zonas. De forma global, las que aportan el mayor volumen productivo son ‘Guara’, ‘Avijor’ y ‘Soleta’, las tres autofértiles. Sin embargo, en muchos secanos sin o con poco riego de heladas siguen cultivándose ‘Marcona’ (referente en calidad) y ‘Llargueta Desmayo’.

La notable innovación en variedades procedente de España ha sido “la clave de vuelta” sobre la que descansa el notable desarrollo del almendro en las dos últimas décadas en el sur de Europa, en particular en España y Portugal. Dichas variedades proceden mayoritariamente de los programas de mejora genética del CEBAS-CSIC (Murcia), CITA (Aragón) e IRTA (Cataluña), además de ‘Lauranne’ (Avijor) del INRA (Francia). En conjunto aportan como caracteres destacables la autofertilidad y la floración mayoritariamente media o tardía, cubriendo un amplio calendario de maduración (Figura 7).

Además, muchas de ellas presentan una fructificación mayoritaria sobre ramilletes de mayo que pueden perpetuarse durante años si el manejo es adecuado, en particular la disponibilidad de luz y nutrientes (Miarnau et al., 2016, 2018). Sus características del grano, sensoriales y aptitud al procesado varían, siendo todas de cascara dura o semidura, lo que las hace menos sensibles a la afección por plagas y enfermedades. Las variedades de procedencia californiana como ‘Nonpareil’, ‘Bute’ o ‘Padre’, de cascara blanda han tenido escasa implantación en España y Portugal.

La distribución de las variedades depende de su adaptación a las principales zonas de producción, principalmente del riesgo de heladas y también su aptitud a la industrialización. Destacar como variedades más plantadas globalmente en los últimos años ‘Guara’, ‘Soleta’ y ‘Avijor’, a las que hay que añadir otras con notable implantación según zonas productoras ‘Vairo’, ‘Marinada’ y ‘Penta’ (muy buena calidad gustativa), ‘Belona’ (calidad comparable a ‘Marcona‘) y otras mejor adaptadas al sur como  ‘Marta’ y ‘Antoñeta’ o con una buena rusticidad como ‘Vialfás’.

Figura 7: Períodos de floración y de maduración (<75% frutos con pericarpio abierto) de diferentes variedades de almendra en el Valle del Ebro. Media periodo 2010-2016 (Fuente: Adaptado de IRTA, CITA y CEBAS)
Figura 7: Períodos de floración y de maduración (<75% frutos con pericarpio abierto) de diferentes variedades de almendra en el Valle del Ebro. Media periodo 2010-2016 (Fuente: Adaptado de IRTA, CITA y CEBAS)

Sistemas de formación

            La combinación específica variedad/patrón, unido al sistema de formación y su correspondiente marco de plantación, constituyen los dos principales componentes del rendimiento en plantaciones de almendro. Al igual que en otras especies frutales, pero con un considerable retraso, en el almendro se está dando una tendencia clara hacia la intensificación de plantaciones (Iglesias, 2019a).

El objetivo es alcanzar una entrada en producción más rápida y lograr una mayor eficiencia en el uso de los inputs, ligado a un menor volumen y accesibilidad de la copa. Con el objetivo de clasificar los sistemas de formación/plantación en almendro, en la Tabla 2 se indican de forma simplificada los más utilizados en la actualidad en base al marco de plantación.

Tabla 2: Principales sistemas de formación utilizados en plantaciones de almendro en España en función del marco de plantación.
Tabla 2: Principales sistemas de formación utilizados en plantaciones de almendro en España en función del marco de plantación.

La intensificación de plantaciones permite una entrada en producción más rápida, por el hecho de que cada árbol ocupa rápidamente el espacio asignado. Esta intensificación va ligada también al vigor conferido por el patrón. Así en plantaciones superintensivas, por tratarse de copas de menor volumen y más bidimensionales con respecto al vaso, el control del vigor se consigue de forma natural con la utilización de patrones de poco vigor como el Rootpac®20. Se ha demostrado también que la intensificación de las plantaciones permite una más rápida entrada en producción y una amortización más rápida de la misma, tal y como se observa en la Figura 8.

Este hecho, contrastado desde hace décadas en diferentes especies frutales (Iglesias y Torrents, 2020), unido a la disponibilidad de patrones de vigor medio y bajo (Rootpac®R y Rootpac®20) ha conllevado al diseño de nuevos sistemas de formación más intensivos ya sea en vaso o en seto cuando la intensificación es superior.  

La elección del sistema de formación en almendro lo determinará en buena parte la superficie de la plantación de cada empresa y de su disponibilidad de mano de obra. En plantaciones de dimensión media o grande el uso de paraguas invertido no es una opción factible en la actualidad por el tiempo que requiere y el riego de caída de almendra al suelo. La mano de obra, tanto en España como en Portugal, es cada vez más cara, escasa y de disponibilidad incierta, lo que supone un riesgo para sistemas más dependientes de mano de obra como son los mantos y buggies.  

El sistema intensivo se basa en patrones de vigor medio a alto, principalmente   GF-677, Garnem y Rootpac®R (Figura 6). Los marcos de plantación más utilizados actualmente oscilan de 6 a 5 m entre líneas y de 6 a 2 m entre árboles, según sea el sistema de recolección elegido. El sistema de formación más utilizado es el vaso, con sus diferentes modalidades, mientras que con marcos menores se utiliza también el eje central, con recolección mantos + buggies o desde el suelo.

El vaso puede ser el tradicional con 3 o 4 ramas principales con el punto de cruz a 1,10 m y poda de retorno al final del año 1 para reforzar la estructura del árbol, especialmente con marcos de plantación amplios. Buscando una mayor facilidad de formación, mano de obra menos especializada y una entrada en producción más rápida, el sistema intensivo ha dado lugar a diferentes variantes de entre las cuales la “Poda Aragonesa 4.0”, desarrollado por el Vivero de Abel (Caspe, Zaragoza) es ampliamente utilizado en España y Portugal.

Este sistema, que comparte principios de poda y manejo del seto, se basa en intervenciones o “pinzamientos” en verde, de forma manual combinada con la poda mecánica hasta el cuarto año (4.0). Con ello se consigue la multiplicación de las ramas y la rápida ocupación del espacio, además de una entrada en producción más rápida, en particular cuando se intensifica la plantación. A partir del cuarto año solo se realizan intervenciones de poda mecánica de forma puntual mecánica y solo cuando la luz interceptada supera el 80%.

Ello permite mantener constante el volumen de copa y optimizar la intercepción de la radiación. En sistemas intensivos el marco de 6 x 4 m es el límite para el uso de paraguas invertido, con marcos menores se impone el uso del sistema de mantos y buggies o el sistema californiano de recogida del suelo.

El sistema del almendro “en seto”, también denominado también SES por sus siglas en inglés: Sustainable and Efficient System y en frutales 2D, es el resultado de una intensificación del cultivo gracias a la utilización de patrones de bajo vigor como es el Rootpac®20 que permite la intensificación (Figura 6 y Tabla 2) y un buen control del vigor. Con ello y con un correcto manejo de la tecnología de cultivo, en particular la poda, el riego y la fertilización, se consigue la plena producción al tercer o cuarto año de plantación que permite compensar el mayor coste de plantación con respecto a los sistemas menos intensivos. El sistema se basa en árboles pequeños, con una copa de volumen controlado y constante a lo largo de los años mediante 1 o 2 pases de poda mecánica anualmente.

Esta peculiar arquitectura de árbol posibilita en almendro la utilización de máquinas cabalgantes para la recolección que cada vez más están mejorando sus prestaciones y eficiencia. Además, este tipo de formación en seto es muy eficiente en la reducción de las pérdidas por deriva al realizar los tratamientos fitosanitarios. Se estima que esta reducción con respecto al vaso puede oscilar del 25 al 40% del volumen aplicado, según sea su volumen. La primera plantación de este sistema se realizó en el año 2010 en La Granja d’Escarp (Lleida) con un marco de plantación de 4,0 x 1,0 m (2.500 árboles/ha). La segunda en 2013 en la finca de Porxina-Mequinenza (Zaragoza), marco de plantación de 3,5 x 1,0 m (2.857 árboles/ha), por lo que se trata de un sistema relativamente reciente comparado con el vaso y sus diferentes modalidades.

            El segundo aspecto clave para optimizar la eficiencia del seto es conseguir una pared lo más uniforme y continua posible, evitando los vacíos sobre todo en la parte basal de los árboles por encima de los 50 cm. La pared frutal puede formarse con estructura de soporte y en eje central, que fue también la utilizada en olivo inicialmente. La segunda opción es la formación en multi-eje partiendo de un Smart® Tree y con un soporte individual para cada árbol. Este sistema por el hecho de poseer múltiples ramas permite ocupar de forma más eficiente el espacio asignado a cada árbol, en especial cuando la distancia entre árboles es superior a 1m. La ocupación del espacio se consigue con pinzamientos repetitivos a partir de la plantación y hasta que el seto alcance su altura final al tercer o cuarto año de plantación (Figura 11).

Figura 11: Pinzamientos repetitivos de los brotes, ramificación progresiva y ocupación del espacio asignado para alcanzar al 3er o 4º año el volumen final. A la derecha detalle de árboles plantados en mayo de 2018 en diciembre de 2019, al final de su 2º verde.
Figura 11: Pinzamientos repetitivos de los brotes, ramificación progresiva y ocupación del espacio asignado para alcanzar al 3er o 4º año el volumen final. A la derecha detalle de árboles plantados en mayo de 2018 en diciembre de 2019, al final de su 2º verde.

Conclusiones

Se han expuesto los aspectos más destacables del cultivo del almendro en España, donde esta especie está experimentando una expansión sin precedentes, impulsada por la innovación tecnológica y por los buenos precios de los últimos años, a excepción de 2020. A lo largo de la última década se han plantado en España las mejores áreas para el cultivo del almendro desde el punto de vista edafo-climático, por lo que se deberá ser especialmente cauto en las nuevas plantaciones, su ubicación y posibles limitaciones edafo-climáticas por su efecto negativo en las producciones. Sin embargo, el almendro sigue contando con el viento a favor de un crecimiento sostenido de la demanda a escala nacional y global. Además, se dispone de las mejores condiciones climáticas del sur de Europa y es un cultivo altamente mecanizable, que lo hace menos dependiente la mano de obra.

La innovación se ha traducido en modernas plantaciones, manejadas de forma similar a los frutales desde el punto de vista tecnológico, con nuevas variedades autofértiles de floración media-tardía, nuevos portainjertos con una amplia gama de vigor, adaptabilidad y sistemas de formación que incluyen el vaso en sus diferentes modalidades y el seto. Sea cual sea el sistema elegido, la tendencia de los últimos años es hacia plantaciones cada vez más intensivas, con copas de volumen más reducido, que posibilitan una entrada en producción más rápida y una mayor eficiencia en el uso de los inputs, incluida la menor dependencia de la mano de obra.

La Unión Europea va a focalizar su política agraria y las ayudas de la PAC al sector agroalimentario en la protección del clima y del medio ambiente, la denominada “Europa verde”. Para ello se van a establecer limitaciones en el uso de inputs y ayudas a modelos productivos basados en la eficiencia y sostenibilidad. Estos pasan inequívocamente por la intensificación del cultivo para enmarcarlo dentro del concepto de Agricultura 4.0, también denominada de “Precisión o Smart Agriculture”, como parte de la Agricultura Intensiva Sostenible. Como afirma la FAO es el nuevo paradigma para alimentar el mundo en 2050: ”La intensificación sostenible de la producción de cultivos”.   

 

 

 

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