Reforzando el equipo técnico de Agromillora

Nicolla Dallabetta

Director técnico Agromillora Iberia

Agromillora Iberia tiene grandes retos por delante en los próximos años. Con un equipo cada vez más amplio y especializado, con instalaciones nuevas y un incremento incesante de nuevos clientes de múltiples cultivos, el mayor desafío para nosotros es seguir estando en la punta de lanza de la innovación de la agronomía, para continuar aportando un valor diferencial al sector.

En el último año ha crecido el equipo de producción, con nuevos cultivadores, injertadores, y trabajadores especializados en nuestros viveros y laboratorios, nuevos equipos de coordinación, refuerzo en prácticamente todos los departamentos de la empresa, y con ello, muchas formaciones para poder continuar estando al nivel que nuestros clientes nos requieren.

Dentro de las incorporaciones del último año, querríamos presentar en el siguiente artículo, a alguien en particular. Se trata de nuestro nuevo Director Técnico Nicola Dallabetta, quien nos aportará su visión global, profunda y rigurosa de la fruticultura europea. Su espíritu inquieto, de búsqueda de respuestas al servicio del agricultor, encaja perfectamente con la visión de Agromillora.

Nicola es Doctor Ingeniero Agrónomo por la Universidad de Bologna Ha trabajado 27 años en el Fondazione Edmund Mach de San Michele ll’Adige en Trento (Norte de Italia) en el ámbito del cultivo de manzano, cerezo y pera. Nicola está especializado en portainjertos, sistemas de formación y nuevas técnicas de poda en sistemas de cultivo de alta eficiencia.

Ha participado en muchos ensayos en la región de Trentino South Tyrol en Italia y ha sido invitado como especialista y consultor en múltiples ocasiones por toda Europa, Estados Unidos, México, Chile, Brasil, Sudáfrica, Marruecos, Corea del Sur y Australia.

También ha trabajado fuera del ámbito de la investigación, con lo que tiene una visión muy amplia, tanto comercial como técnica, de los cultivos frutales.

¿A qué principales retos crees que se enfrenta la fruticultura europea en los próximos años?

Sin duda alguna, a la sostenibilidad, tanto económica como ambiental. La reducción de los costes en fruticultura es y será un target fundamental tanto en Europa como en otros continentes. La escasez de mano de obra especializada nos impulsa a orientarnos hacia sistemas de cultivo innovadores e intensivos, más productivos y adaptados a una fruticultura mecanizada y de precisión. Los repentinos cambios climáticos y la aparición de nuevos fitófagos que están afectando a los cultivos exigen modificaciones en los materiales empleados para el montaje de explotaciones y el uso de plantas resistentes o tolerantes a factores bióticos y abióticos.

¿Qué piensas que puede aportar el sector viverístico a la hora de afrontar estos retos? ¿y en concreto Agromillora?

Desarrollar y proponer nuevos portainjertos resistentes a distintos patógenos y complicaciones edafoclimáticas que están limitando el rendimiento técnico-económico de los frutales. Además, es preciso ampliar la gama de selección de portainjertos para adaptarlos a las nuevas variedades y formas de cultivo. De este modo, la elección de un portainjerto pasa a ser un factor determinante en la configuración de un nuevo frutal.

La introducción de técnicas viverísticas alternativas, como la “micropropagación”, puede convertirse en un instrumento esencial para la multiplicación de distintas especies frutícolas. En los últimos años esta técnica ha sido adoptada en Estados Unidos también en el manzano, con óptimos resultados, garantizando un material más sano y capaz de producir millones de plantas madre en menos de un año, respecto a otros métodos de multiplicación. Reducir los tiempos también significa responder de manera más eficaz y tempestiva a las exigencias futuras de la fruticultura.

Agromillora, uno de los principales viveros del mundo que utiliza la micropropagación, está desarrollando algunos portainjertos de manzano de las series Geneva®, seleccionados por la Cornell University, tolerantes a la replantación, al pulgón lanígero, al fuego bacteriano y a la Phytophthora, problemáticas que están comprometiendo las explotaciones en muchas zonas frutícolas.

¿Qué cultivos piensas que son los que más van a evolucionar en un futuro próximo?

Sin duda alguna, el “cerezo”, que se orientará cada vez más hacia sistemas de producción intensiva y peatonal para reducir los costes de mano de obra que representan el 65 % de los gastos en este cultivo.

Además, está también el “manzano”, para el que se están buscando nuevos genotipos, alternativos al ya consolidado M9, resistentes a los factores bióticos y abióticos y 92 AGROMILLORA adaptados a las nuevas variedades, formas de cultivo y a la conducción biológica. Querría recordar también otras dos especies: los cítricos, especialmente el naranjo, que representa el segundo cultivo en cuanto a superficie ocupada en Europa; y el aguacate, fruto con mucha demanda en el mercado y que está suscitando interés también en algunas zonas frutícolas del Mediterráneo. Para ambos se están buscando portainjertos y sistemas de explotación más sostenibles.

Tanto en cerezo como en manzano, hablas de modelos más sostenibles, y de nuevos materiales genéticos. ¿Qué materiales son estos? ¿Qué Centros públicos están detrás de estas obtenciones?

El cerezo es, sin duda alguna, uno de los cultivos que ha evolucionado más en esta última década, sobre todo en el campo varietal, en portainjertos y en formas de cultivo. El uso de portainjertos de vigor débil y medianamente débil ha permitido intensificar las plantaciones y adoptar formas de cultivo que facilitan las operaciones técnicas.

Con todo esto se ha obtenido un aumento de la producción, una reducción de los costes de gestión y la posibilidad de utilizar sistemas de cobertura para la protección de los frutos contra los agentes atmosféricos o patógenos que afectan a las cosechas. Entre los portainjertos que más han contribuido al cambio del “sistema del cerezo” podemos citar la serie GiSelA®. Un nuevo reto para los próximos años está representado por la serie Corrette de la Michigan University, que propone genotipos superdébiles adaptados a sistemas de cultivo superdensos y peatonales. Agromillora está desarrollando estos portainjertos, que estarán disponibles en los próximos años.

En el manzano, el portainjerto más utilizado es el M9, especialmente el clon T337. La aparición de nuevas problemáticas fitopatológicas y de replantación, la ampliación de la gama varietal y del sector biológico, y la adopción de nuevos sistemas de cultivo multi-leader requieren el uso de genotipos alternativos al M9. Una alternativa válida está representada por los portainjertos de la serie Geneva®, seleccionados por la Cornell University por su alta productividad y resistencia a factores bióticos y abióticos.

Estos genotipos han sido testados por distintos centros de investigación europeos y multiplicados por algunos viveros europeos, entre ellos Agromillora. En especial querría destacar el portainjertos G®41 que cuenta con un vigor ligeramente mayor que el del M9 y es resistente a las principales complicaciones que afectan actualmente a la fruticultura europea, como el pulgón lanígero, el fuego bacteriano y la replantación. Este genotipo se adapta a numerosas variedades y se podría utilizar en el sector biológico y en las formas de cultivo multi-leader que requieren un mayor vigor respecto al común M9-T337.

También hablas de sistemas de conducción intensivos. ¿Piensas que la sostenibilidad económica y ambiental es sinónimo de sistemas de producción intensivos?

Hay veces que el gran público piensa lo contrario, pero en manzano y peral, los sistemas de alta eficiencia son ya muy comunes. La adopción de los sistemas intensivos suele corresponder a una sostenibilidad económica y su uso está dirigido a las zonas frutícolas; donde el coste de la mano de obra es alto y los precios de mercado de la fruta son competitivos. Hay que decir también que estas explotaciones conllevan costes de inversión mayores que las explotaciones de baja 93 densidad. Por lo que habrá que sopesar la elección del tipo de explotación según el contexto en el que se opere.

No obstante; también los sistemas intensivos pueden contribuir a la sostenibilidad ambiental al estar caracterizados por un reducido volumen de la copa de los árboles; que exige un menor volumen de agua y de mezcla fitosanitaria.

¿Podrías resumir en un par de conceptos cómo será la fruticultura del futuro?

Reitero que la fruticultura futura estará orientada a la sostenibilidad económica; al uso de prácticas técnico-agronómicas que reduzcan el impacto ambiental, y estará atenta y lista para satisfacer las exigencias del mercado.

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