El cultivo del olivo en secano: nuevas técnicas y antecedentes

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El cultivo del olivo en secano representa más del 77% de la superficie total destinada al cultivo del olivo en el mundo (Tabla 1), y España con sus 2,7 millones de hectáreas de cultivo es fiel reflejo de la anterior afirmación ya que el 72% de su superficie de olivar en el año 2012 se desarrollaba en condiciones de secano.

Nuevas técnicas de cultivo del olivo en secano

Los olivos determinan de manera decisiva la disponibilidad anual de aceite y el precio del mismo a nivel global. Su producción y rendimiento están ligados a las condiciones climáticas anuales, a la fertilidad del terreno que ocupan, y al fenómeno de la vecería que provoca que a años de grandes cosechas sigan otros de producciones anormalmente bajas.

La continuidad del olivo en secano en el tiempo parece asegurada dada la creciente demanda de aceite por el mercado y las limitaciones de recursos hídricos actuales que dificultan la sustitución de estas hectáreas por otras de regadío. Su escasa rentabilidad sin embargo hace que su viabilidad económica esté muy ligada a la oscilación de los precios del aceite de oliva, y que en condiciones de precios bajos sean las primeras plantaciones en abandonarse o en quedar en situación de “semi-abandono”.

Tabla 1. Superficie de olivar en regadío y en secano en el mundo. Datos COI, 2014
Tabla 1. Superficie de olivar en regadío y en secano en el mundo. Datos COI, 2014

Si entendemos justificada su existencia y aceptamos su enorme influencia en el precio final del AOVE, parece claro también que implementar un nuevo modelo de cultivo del olivo en secano que posibilitara producciones más rentables, sostenibles y constantes en el tiempo, disminuiría la enorme variabilidad anual de los precios y facilitaría el acceso del AOVE a nuevos mercados gracias a un precio justo tanto para el productor como para el consumidor.

Cultivo del olivo: antecendentes de cultivo en seto

La tecnología de cultivo conocida como olivar en seto u olivar súperintensivo, se ha ido perfeccionando a lo largo de los 27 años de desarrollo de la misma. Poco queda hoy de las características de aquellas plantaciones realizadas en Aragón y Cataluña (Foto 1) a principios de los años 90: nuevas variedades, nuevos marcos de plantación, nuevos sistemas de formación, nuevas máquinas de recolección, etc.

No obstante, y aún con todos estos cambios, la esencia y el fin de aquellas primeras plantaciones prevalece y es el motor de un modelo que no para de crecer y evolucionar a costa de una mecanización total de las operaciones de cultivo, y a una reducción sustancial de los costes de implantación y manejo. La aceptación y normalización del modelo por parte de los agricultores se constata en las casi 300.000 hectáreas que acogen el olivar en alta densidad en el mundo.

Inicialmente concebido para una olivicultura de regadío y orientada a la obtención de aceite de oliva virgen extra, los excelentes resultados obtenidos han hecho que los fundamentos de este modelo no sólo se hayan extrapolado a otros cultivos como el cítrico o el almendro, sino que olivares con destinos o limitaciones muy diferentes, como el olivar para aceituna de mesa o el olivar en secano, lo estén asumiendo.

Foto 1. Finca La Boella (Reus, Tarragona). Plantación realizada en el año 1995.
Foto 1. Finca La Boella (Reus, Tarragona). Plantación realizada en el año 1995.

El cultivo del olivo en seto en secano: la verdadera oportunidad del modelo

Las primeras plantaciones de olivar en seto en secano se realizaron considerando distancias entre las filas de los olivos superiores a las empleadas normalmente en regadío, de 5 a 7 metros, buscando con ello aumentar el volumen radicular que los olivos podían explorar en el suelo. Este hecho debía conferir en principio una mayor disponibilidad hídrica y una mayor capacidad productiva de cada uno de los olivos plantados.

Los resultados obtenidos a lo largo de estos años con este modelo han sido más que satisfactorios, ya que la reducción de costes que conlleva de por sí la cosecha mecánica, mejoraba considerablemente la rentabilidad de las plantaciones de olivar en secano (Tabla 2).

Sin embargo, las nuevas genéticas y la experiencia adquirida en todos estos años de cultivo, han permitido a los olivicultores mejorar considerablemente el sistema y, hoy en día, en secano, se utilizan y gestionan variedades de olivo en un seto mucho más eficiente desde el punto de vista de aprovechamiento del agua que en el pasado, aumentando, más si cabe, la rentabilidad con respecto a los olivos cultivados de manera tradicional o en marcos intensivos (7*5m).

¿Cuáles son las claves de este nuevo modelo de secano en alta densidad que gana hectáreas año a año, y que supone una alternativa real al olivar de secano tradicional, o a otros cultivos como el cereal?

Tabla 2. Datos productivos de la finca“La Matanza” en Écija (Sevilla). Plantada con la variedad Arbequina “clon AS–1 (Arbequina selección–1)” en junio de 1999, con una densidad de 1.058 olivos/ha (7x1,35 m).
Tabla 2. Datos productivos de la finca“La Matanza” en Écija (Sevilla). Plantada con la variedad Arbequina “clon AS–1 (Arbequina selección–1)” en junio de 1999, con una densidad de 1.058 olivos/ha (7×1,35 m).

 

Foto 2. Estructura del árbol, y fructificación de las variedades Arbosana, Oliana® y Sikitita®.
Foto 2. Estructura del árbol, y fructificación de las variedades Arbosana, Oliana y Sikitita.
    • 1. En primer lugar, la oportunidad que supone la introducción de nuevas variedades, que se adaptan mejor al sistema, más productivas y eficientes (producción/sección de tronco) como Arbosana, Oliana y Sikitita (Foto 2). Su reducido vigor y elevada producción maximizan la productividad por metro lineal de seto. Es decir, y en pocas palabras, a igualdad de dimensiones de seto, producen más con la misma cantidad de agua. Especialmente interesante resulta el caso de la Arbosana cuya maduración tardía permite aprovechar las lluvias otoñales y recuperar las posibles deficiencias de los meses de verano.
    • 2. En segundo lugar, resulta fundamental el diseño de un seto con dimensiones adecuadas para que sea productivo en todos y cada uno de sus puntos. Esta afirmación no resulta gratuita y está íntimamente relacionada con conceptos como iluminación, porosidad del seto, y de nuevo: eficiencia productiva. La no poda anual o el hecho de mantener setos excesivamente anchos provocan una deficiencia de luz en su interior, favoreciendo la creación de zonas no productivas. En definitiva y en estos casos, acabamos nutriendo, tratando, y consumiendo agua en partes del seto que no nos aportan nada. Para evitar las pérdidas de estos recursos ya de por sí limitados en el secano, los olivicultores están estrechando anualmente el seto de vegetación hasta una anchura no superior a los 60-80 centímetros; obteniendo así un “tabique vegetal” (Figura 1) perfectamente iluminado y completamente activo tanto desde el punto de vista de producción de aceituna como de renovación de ramas para la producción del año siguiente. La poda mecánica de invierno nos facilita este equilibrio vegeto-productivo: a menor potencial de la parcela (menor pluviometría, baja capacidad de retención de agua de los suelos, etc) menor debe ser la anchura de la pared. Nada nuevo si nos fijamos en la poda que se realiza en otros cultivos de secano, como por ejemplo la viña, donde se adapta la carga de yemas dejada por hectárea al potencial productivo de la parcela.
Figura 1. Evolución del modelo en seto en secano para aumentar su eficiencia productiva
Figura 1. Evolución del modelo en seto en secano para aumentar su eficiencia productiva

 

 

  • 3. Otra de las claves para conseguir producciones más elevadas en el secano ha sido el hecho de disminuir la distancia entre las filas, fijada ahora en 3-4 metros, frente a lo que se hacía anteriormente que era justo lo contrario, distanciarlas hasta los 6 ó 7 metros y aumentar la altura de la pared hasta los 3,5-4 metros de altura. Acercar las calles permite disponer de un número mayor de filas o “tabiques vegetales” por hectárea y por tanto incrementar la superficie foliar expuesta fotosintéticamente activa (Foto 3).
    Tenemos muchos más metros cuadrados de superficie 100% eficiente por hectárea que en los primeros setos diseñados en secano. Haciendo un símil con la industria energética, podríamos decir que disponemos de más paneles solares por hectárea para producir una energía, que en nuestro caso se llama aceite. El funcionamiento de estas placas requiere además de agua, agua que en nuestro caso está almacenada en el suelo y que a una distancia entre filas de 3-4 metros, se extrae mejor que cuando las plantas se distancian 7 metros. Reduciendo el marco de plantación, el esfuerzo necesario para crear una estructura de gran envergadura, se reduce sustancialmente y conseguimos árboles mucho más eficientes, que necesitan de un mínimo esfuerzo para alcanzar su techo productivo.
    La necesidad de agua y de nutrientes que destinamos a crear una planta más grande, se ve reducida al repartirse ésta entre un mayor número de unidades. Además, la idea toma aún más sentido cuando pensamos en la pared vegetativa como una sola unidad, anclada en el suelo y contando con varios puntos de succión de agua y de nutrientes. Es importante decir que estos tabiques vegetales de 60-80 centímetros de anchura, distanciados 3-4 metros entre ellos, se limitan a una altura de 2,5 metros. Esta altura, en relación a los 3.5-4 metros usados con anterioridad, facilita enormemente la aplicación de los tratamientos fitosanitarios y la recolección mecanizada con las máquinas cabalgantes actuales. La velocidad de recolección es infinitamente mayor y el respeto por la estructura, ideal, no dañando en absoluto la pared productiva con las labores de cosecha.
Foto 3. Plantación de olivar en seto en secano en Espiells (Barcelona). Año de plantación 2010.
Foto 3. Plantación de olivar en seto en secano en Espiells (Barcelona). Año de plantación 2010.
  • 4. Los 3 puntos anteriores inciden directamente en un aumento de la capacidad productiva de nuestro olivar de secano, pero no debemos olvidarnos del otro componente que afecta a la rentabilidad, los costes.
Planta de olivo en formato Smarttree, con un único tutor de 90 cms como estructura de soporte.
Foto 4. Planta de olivo en formato Smarttree, con un único tutor de 90 cms como estructura de soporte

Y este término abarca tanto los costes de implantación hasta el momento que disponemos de un tabique productivo, como los de gestión anual de la plantación. En lo referente a los costes de implantación, el uso de planta con formato Smarttree ha disminuido considerablemente los costes, ya que nos evita la incorporación de sistemas de emparrado (no son necesarios postes ni alambres), e incluso la compra de protectores. Simplemente precisamos de una caña de bambú de 90 centímetros, que enterraremos 30 cms (Foto 4). La formación del tabique vegetal desordenado (sin eje central) con este tipo de planta se realiza de manera completamente mecanizada, sin necesidad de continuos atados al tutor. El ahorro en los dos primeros años de plantación puede superar los 1.500 euros por hectárea con respecto al viejo modelo de formación en eje central. También el control de las generaciones de Glifodes que atacan las yemas de crecimiento, y que tantos quebraderos de cabeza dan en la formación en eje, con este nuevo sistema tiene mucha menor incidencia, abaratando los costes en tratamientos fitosanitarios.

Foto 5. Plantación de 20 has de olivar en secano en la localidad de Gurrea de Gállego, Huesca. Otoño 2016.
Foto 5. Plantación de 20 has de olivar en secano en la localidad de Gurrea de Gállego, Huesca.
Otoño 2016.

En la gestión de la plantación una vez formados los tabiques, cabe decir que tanto las podas de invierno (lados del tabique), como las de verano el año que se precise (parte superior), se realizan de manera mecánica. Y que como corresponde a un olivar de secano, el número de intervenciones dependerá de la pluviometría anual y del desarrollo. A continuación se describe un sencillo estudio económico meramente orientativo de los costes y del resultado económico de la plantación durante un periodo de 20 años. Los datos van a variar según las características de cada finca y siempre van a ir estrechamente ligados a la pluviometría y el tipo de suelo.

Conclusiones

El régimen hídrico anual determina el potencial productivo de las plantaciones de olivar en secano, sin embargo, podemos disminuir ostensiblemente su vecería y aumentar su producción media mejorando la tecnología de cultivo aplicada.

La experiencia en diferentes fincas demuestra que la creación de “tabiques vegetales” permite aumentar la rentabilidad del olivar a costa de mejorar la eficiencia productiva de los recursos disponibles y de disminuir los costes mediante su gestión totalmente mecanizada. En estos términos este sistema de cultivo se convierte en una seria alternativa al olivar tradicional y al cultivo del cereal en muchos de los secanos españoles.

En secanos con pluviometrías anuales que normalmente rondan los 500mm (Foto 5), no solo es una alternativa a los cultivos tradicionales, sino un buen negocio.

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